La palabra Oriente viene del latín orĭens, que significa aparecer, nacer. Se le dio esa denominación porque es la dirección por donde se levanta el sol y los demás astros. En nuestra ciudad, Valle Oriente se ha encargado de justificar el constante origen de astros verticales que merecen nuestra admiración.
Tan fuerte es el peso de esa zona que hay un proyecto que cuestiona si se trata de habitar o pertenecer. Se trata de Nación, de Orange, el nuevo lanzamiento de la naranja mecánica. Destaca que además de departamentos hay una zona de town houses al frente del proyecto que integran la vida urbana con los espacios familiares.
El segundo de los lanzamientos que ha sido muy anticipado es el de Park Towers, de GIM. Todo indica que será la continuación de Magma, presentando un estilo de vida para demográficos jóvenes con precios de venta muy atractivos.
Estas dos nuevas joyas se miden ante Kalah 2, la etapa activa del proyecto que se desplanta por encima del túnel de la loma larga. Me llama la atención que en esta nueva etapa se acentúa la agresividad en su arquitectura.
En definitiva, es la zona con más perfilamiento vertical de nuestra ciudad. Debería aprovechar la inercia actual para crear las bases de un futuro peatonal, integrado y comunitario. De otra forma estará condenada a problemas de tráfico y estacionamiento.
En el Oriente, convencionalmente se distinguen tres partes: Oriente Próximo, Oriente Medio y el Lejano Oriente. Hoy Valle Oriente se vuelve el cuarto oriente, el Cercano Oriente.
*Carlos Muñoz vigila los astros que se originan en el oriente y el resto de los puntos cardenales de la ciudad.
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