Por Milton Maureira, Partner Chile 4S Real Estate.
Durante estos últimos años hemos podido apreciar un gran avance de la tecnología, especialmente en áreas como Inteligencia Artificial, Machine Learning, Big Data, entre otros. Pero sin lugar a duda, uno de los conceptos que mayormente se ha hecho conocido es el de BLOCKCHAIN (Cadena de Bloques) y su criptomoneda BITCOIN.
Esta plataforma, diseñada por un denominado Satoshi Nakamoto y publicada en el año 2008 en un artículo titulado Bitcoin: Un Sistema De Efectivo Electrónico Usuario -a-Usuario (su versión en inglés, “Bitcoin: A peer-to-Peer Electronic Cash System”) propone un sistema en que los pagos en línea se realicen de un ente a otro sin la participación de intermediarios – como lo es una institución financiera – y utilizando dinero puramente electrónico de efectivo. Este dinero, serían monedas hechas con firmas digitales, proveyendo así un control fuerte de la propiedad y teniendo como pilar que la premisa de funcionamiento de la red es robusta en su simplicidad no estructurada.
Hay que hacer hincapié que el concepto de “Blockchain” fue utilizado por primera vez en el año 2009 como parte de Bitcoin y no en el artículo publicado de Nakamoto. Además, hoy en día existen otro tipo de plataformas como éstas, tales como Ethereum, Hyperledger Fabric, R3 Corda, Ripple, Stellar, entre otros.
En esta publicación analizaremos la Blockchain de Bitcoin, la cual es la mayormente conocido y pionera en este ecosistema digital.
La denominada BLOCKCHAIN o CADENA DE BLOQUES, es un base de datos compartida que tiene por objeto almacenar en un REGISTRO DISTRIBUIDO, INDELEBLE Y ESTRUCTURADO (“Distributed ledger” o libro de contabilidad distribuido) todas aquellas transacciones que se realizan en su RED.
A su vez, esta red se encuentra sustentada por NODOS, las cuales son unidades o equipos informáticos (ordenadores) interconectados y que se comportan como iguales entre sí, permitiendo el intercambio directo de información. A este sistema se le denomina Red entre pares o P2P (peer-to-peer) en la que cada una de estas unidades u ordenadores son utilizadas por individuos, organizaciones u organismos estatales.
Estos nodos deben utilizar un protocolo en la cual deben llegar a un consenso para así determinar cuál es la versión válida y fehaciente del registro, por lo que el método para llegar a ese consenso es aplicar pruebas de trabajo (proof-of-work), que no es más que la actividad de los participantes en la red (denominados “mineros” o “miners”) para la exploración de un valor a calcular – como lo dice Nakamoto- denominado HASH, entendiéndose como una especie de firma o huella digital única de cada texto o archivo de datos (expresado en un número de identificación único e irrepetible) para posteriormente resolver un acertijo de alta complejidad y capacidad de cómputo, que dará paso a la creación de “un bloque”.
Otro de los conceptos que se utiliza en este ecosistema digital, es el denominado problema del doble gasto (double-spend-problem) que consiste básicamente en que una unidad de dinero digital que es transferida a otra cuenta debe ser considerado como un bien fungible y, por tanto, no replicable a otras cuentas al mismo tiempo. Es decir, no se puede gastar dos veces el mismo dinero digital.
2. ¿Cómo funciona?
I. Cada bloque contiene información correspondiente a una transacción efectuada en un período de tiempo concreto, en el cual se puede detallar:
– ¿Quién transfirió el dinero?
– ¿Quién recibió ese dinero?
– La cantidad asociada a esa transacción.
– La firma digital.
De esta manera, el bloque se transforma en el titular de la información, como, por ejemplo, un cheque bancario.
II. Se estima que cada diez minutos, se realizan transacciones las cuales se comprueban, ordenan y almacenan en un bloque que se une a su predecesor, creándose así una cadena. De esta forma, al estar conectados unos con otros se proporciona seguridad a la información.
III. Para que cada unos de los bloques sean válidos – tanto el actual como su predecesor – deben utilizar el denominado hash – el cual recuerden – es el número de identificación tanto del bloque como de la información que contiene. De esta manera, si hay alguna modificación en el bloque también la experimentará el hash, por lo que esta “Arquitectura del Sistema” está diseñada para registrar exactamente el momento de las transacciones, su almacenamiento, que coincidan los bloques unos con otros, evitar que se pueda alterar el registro e invalidar la cadena. Así también se previene el problema del doble gasto de la criptomoneda, ya que una vez confirmada la transacción se vuelve irreversible y conocida públicamente.
IV. En el caso que se intente alterar el registro (v.gr., para robar un Bitcoin) se debe reescribir toda la cadena y a la vista de todos los nodos de la red, lo que es prácticamente imposible. Por ello la importancia de que Blockchain sea un registro distribuido, público y que supone la conformidad (o el “consenso) de la red con todas las transacciones que se han realizado.
V. Ahora bien, en relación con las firmas digitales estas son creadas en base a criptografía, la que consiste en la utilización de cifras y códigos secretos que resguardan la privacidad y la información. En blockchain, existe un concepto de clave privada y pública asociadas a las firmas digitales. De esta manera, cada usuario en la red cuenta con su propia clave privada en la que sólo el propietario individual de esa clave puede acceder a ella, y la clave pública, en la que todos los usuarios de la red tienen acceso a ella.
Por tanto, si se debe realizar una transacción, la información es cifrada (o sea se utiliza criptografía) con la clave privada para así crear la firma digital. Luego, envío esa transacción (la cual contendrá la información, clave pública y la firma digital ya creada) para que la red efectúe su aprobación. En este procedimiento, la red descifra aquella firma digital haciendo uso de la clave pública proporcionada y extrae la información de esa firma; si la información original coincide con la información extraída de la firma, entonces se aprueba. En el caso de que la información no coincida, es porque la información original fue manipulada en algún punto intermedio, o bien, la firma digital se generó con la clave privada que no corresponde a la clave pública proporcionada.
VI. Los mineros – aquellos que participan en la red ejecutando los nodos de blockchain – reunen todas las transacciones pendientes, colocan a su disposición la capacidad de procesamiento (hardware informático y electricidad) para efectuar las pruebas de trabajo en encontrar el Hash correcto (la cual procesan información mediante una función criptográfica llamada “algoritmo de hash seguro” o SHA-256) y así resolver el acertijo matemático de alta complejidad.
VII. Identificando el valor del hash y encontrando la solución del acertijo, se entiende que se ha resuelto el bloque, percibiendo una recompensa que se determina en bitcoins.
3. Ámbitos en los cuales se puede utilizar blockchain.
Dentro de los usos que se le pueden dar a blockchain se encuentran algunos como:
I. Contratos Inteligentes o “Smart Contract”: Pueden formalizarse acuerdos y transacciones de manera digitalizada, sin la intervención de terceros intermediarios y en los que se ejecuten automáticamente sus cláusulas mediante la programación computacional.
II. Voto Electrónico: El sistema criptográfico de blockchain sería una herramienta potencial para mejorar los sistemas de votación electrónica al evitar el hackeo como los problemas de ciberseguridad. Así también, facilita la democratización y participación del sistema electoral, haciéndolo más versátil, rápido y eliminando la burocracia.
III. Economía colaborativa: Dado que las transacciones en blockchain las partes se consideran iguales entre sí y carecen de un intermediario, se facilita de mejor manera la descentralización a la hora de desarrollar nuevos modelos y sistemas de negocios.
IV. Sistema registral de bienes raíces: Al igual que el registro de una transacción en dinero se puede almacenar en un bloque, entonces por qué no podría efectuarse el registro de una propiedad y la trazabilidad de ésta en blockchain. Hasta ahora se han realizado diversas pruebas y sólo queda por sortear un elemento que se ha vuelto indispensable para su aplicación total y absoluta: la regulación normativa de cada país en este ámbito y de qué manera puede ejecutarse blockchain como un sistema alternativo de registro en bienes raíces.
Conclusión
Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en la taza, si pones agua en una botella se convierte en la botella, si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede aplastar. Sé como el agua, amigo, el agua que corre nunca se estanca; así es que hay que seguir fluyendo”.
BRUCE LEE.
Blockchain ha llegado para quedarse. Si bien es una tecnología incipiente, durante estos últimos años ha ido cobrando mayor fuerza, especialmente por las transacciones que se hacen con las denominadas criptomonedas y los diversos modelos de negocios que han surgido para utilizar este ecosistema como una solución a problemáticas de distintas industrias. Para quienes operamos en la rama inmobiliaria nos resulta atractivo la mecánica bajo la cual funciona blockchain, pero no está exento de controversias y dudas al respecto. Esto viene dado en alguna medida por sus tecnicismos informáticos, los costos asociados al desarrollo e implementación, de qué manera la legislación ligada a las transacciones del mercado inmobiliario podrían regularla: el cómo materializar de la teoría a la praxis.
En este orden de líneas, resulta interesante destacar que dada la “Metamorfosis Digital” en la que estamos viviendo, tanto el ordenamiento jurídico como aquellos sistemas comerciales que han operado tradicionalmente en el área inmobiliaria, deberán flexibilizarse y no transformarse en “camisas de fuerza” para la aplicación y el desarrollo de nuevas tecnologías. Por ello, es alentador cuando vemos el crecimiento de nuevos nichos de negocios como lo son las fintech, proptech, legaltech, entre otras; generando así también nuevos sistemas y nuevas formas de trabajo.
Hasta ahora, gran parte de las empresas que se han aventurado en el rumbo de la aplicación blockchain al mercado inmobiliario, han llegado a las fases de tokenizar sus activos Real Estate constituyéndose como un nuevo Crowdfunding, han efectuado ventas y subastas en la que aceptan como medio de pago Bitcoin u otros activos digitales, por lo que nos queda un largo camino por recorrer en cuanto a la operabilidad de los sistemas registrales de inmuebles a una escala global y bajo los nuevos paradigmas tecnológicos. Y es que es precisamente en este último punto, en donde comenzaremos a vislumbrar dentro de unos años los cambios que tendrán las funciones de los intervinientes en una transacción inmobiliaria, ya que este sistema de Cadena de Bloques tiene como fustes la fiabilidad, transparencia y participación colectiva, por lo que sin duda alguna la función de un ministro de fe (como lo es un escribano o notario) se vea transformada, la ejecución de los contratos de compraventa se realizará ipso facto al estar programado en software (smart contracts) siempre que se cumplan las condiciones pactadas, la flexibilidad y velocidad que podrá tener el mercado inmobiliario (y por qué no también a una escala internacional) será considerablemente distinta al presente, ya que se podrán reducir los procedimientos burocráticos asociados a esto. Así las cosas, a medida que vamos descubriendo la usabilidad de blockchain, podremos ver los casos bajo las cuales aplicarlo.
Por ahora, debemos seguir adaptándonos a esta nueva era digital, en la que velocidad en el traspaso y exigencia de información está a la orden del día. Por tanto, nuestra propuesta y estrategia para afrontar el mundo de hoy es transformarnos y fluir como el agua, lo cual a su vez nos permitirá estar mejor preparados para el futuro que se avecina.