La sofisticación en desarrollo inmobiliario ha permitido crear proyectos de mayor escala y complejidad. Pero las posibilidades requieren también justificar su valor en la ciudad. Ante esto ha surgido el concepto de comunidades planeadas como la gran respuesta a un mayor valor para la comunidad. Son lugares que argumentan que pueden crear un futuro ideal para nosotros. Para llamarse una comunidad planeada, debería consolidarse como un distrito mixto con todos los servicios, tener amenidades de clase mundial, así como ofrecer experiencias de recreación, entretenimiento –todo en el mismo lugar-.
En Monterrey tenemos tres casos activos de comunidades planeadas de tipo vertical. Por un lado, Arboleda ubicada en el corazón de San Pedro. Por otro lado, Nuevo Sur, protagonizando el resurgimiento del sur de la ciudad y finalmente Via Cordillera, al poniente de nuestra ciudad.
El éxito comercial de los tres proyectos nos demuestra que ya estamos listos para proyectos de este tipo. Falta que demuestren que realmente se logrará la convivencia de giros, que se den los espacios de amenidades correctas y que aparezca ese fenómeno no planeado de comunidad que integra todos los ingredientes.
Sigue faltando en nuestra ciudad una comunidad planeada que además integre vivienda horizontal. Hasta el día de hoy, las zonas residenciales de la periferia se han consolidado como dormitorios. Este fenómeno de vivir lejos del mundo también provoca el tráfico que ya conocemos.
Si queremos crear futuros, debemos procurar que sean de comunidades de luz, respiros profundos de vida y envueltos en integración de actividades. Y tu, ¿quieres crear tu futuro o recibirlo?
*Carlos Muñoz trabaja en crear el futuro de ciudades enteras. Lo puedes encontrar en carlos@grupo4s.com
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