Carlos Muñoz 4S
La fachada es objeto de especial cuidado en el diseño arquitectónico ya que al ser la única parte del edificio percibida del exterior, es prácticamente el único recurso disponible para expresar o caracterizar la construcción. Esta introducción técnica basta para enmarcar la importancia de la fachada en el proceso de diseño arquitectónico.
Hace unos días, en una reunión con Rodrigo de la Peña -el responsable del pincel artístico del proyecto Ethérea-, me comentaba lo rígidas que se han vuelto las caras de los proyectos verticales de la ciudad. Ante ese supuesto el arquitecto propuso una fachada que “danza” ante la ciudad.
La danza o el baile es una forma de arte en donde se utiliza el movimiento del cuerpo, usualmente con música, como una forma de expresión, de interacción social, con fines de entretenimiento. La danza, también es una forma de comunicación, ya que se usa el lenguaje no verbal entre los seres humanos, donde la bailarina expresa sentimientos y emociones a través de sus movimientos y gestos. Se realiza mayormente con música, ya sea una canción, pieza musical o sonidos y que no tiene una duración específica, ya que puede durar segundos, minutos, u horas.
El proyecto arquitectónico de Ethérea que recién se liberó (ver imágenes) está hecho para observarse al compás de la música, admirando los sutiles movimientos de esta bailarina arquitectónica. Ojalá existieran más piezas de danza arquitectónica en la ciudad.
En el mismo contexto de danza arquitectónica, aparecerán los trazos sutiles de Zaha Hadid en el proyecto de Esfera, que mucha expectativa genera cada que avanzan las primeras etapas de su construcción. Cada vez estamos más cerca de que se liberen públicamente sus trazos.
Preparemos la orquesta de la ciudad para hacer interminable la danza de su arquitectura.
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