Salvo en los casos donde los fundadores son arquitectos, la mayor parte de los desarrolladores contratan arquitectos externos para sus proyectos. Esto implica que el desarrollador debe tener una habilidad destacada para la selección del talento indicado, pero además debe saber qué exigirle. Usualmente solemos presionar a los arquitectos en las dimensiones de eficiencia, estética y costo, pero hoy surgen nuevos requisitos ante un negocio cada vez más complejo.
En la nueva entrega arquitectónica se deben integrar 3 ingredientes fundamentales:
1. Experiencedesign
Estamos en un nuevo mundo en el que todo se ve como una experiencia. Recuerdo todavía como predicábamos en las conferencias de hace años que el café de Starbucks llegaba envuelto en una gran experiencia. Hoy, ésta es la expectativa de prácticamente todas las actividades rutinarias. En ese sentido, espacios de obra gris no podrán garantizar que la arquitectura logre provocar comportamientos auténticos. En la nueva labor del arquitecto, está el crear espacios experienciales propios del proyecto que transmitan su esencia y se atrevan a reunir a las tribus clave. Estas experiencias permitirán además que el proyecto esté social media ready.

2.Flexibilización arquitectónica
Este concepto me lo introdujo originalmente Pedro de los Santos de NEST producto de sus aprendizajes de Rem Koolhas. La preocupación radica en que los tiempos de desarrollo inmobiliario suelen ser demasiado largos (4-5 años) versus la velocidad del cambio tecnológico que vivimos. Sillicon Valley ha puesto en aprietos a la práctica de arquitectura global. La respuesta a esta preocupación tiene que ver con la flexibilización arquitectónica. Bajo este principio, un edificio puede tener la capacidad de adaptarse a cambios tecnológicos sin sufrir cambios estructurales. En ese sentido, Pedro me platicaba sobre su edificio más reciente, WorkIN en el que ha logrado un nivel relevante de flexibilización. El edificio tiene múltiples espacios convertibles, tiene preparación eléctrica para carga de vehículos, espacios para acomodo de celdas y tecnología solar y preparaciones para 3 diferentes sistemas de climas. Estos son los primeros indicios de lo que será un ingrediente más de la entrega arquitectónica.
3. Interfase tecnológica
Recuerdo con absoluta claridad una tarde de viernes de 1992 en que el papá de un amigo llegó a una fiesta con un New Yorker. El carro, recién salido de agencia tenía una interfase tecnológica muy interesante para la época y hasta los primeros mensajes de voz de la computadora. Desde ese momento y a la fecha, nuestra interacción con los autos es más con la tecnología que con la mecánica. Los equipos de desarrollo de interfase tecnológica se han fortalecido mucho dentro de las grandes marcas automotrices. En cambio, nuestros edificios siguen sin querer desarrollar su base tecnológica. El equipo de arquitectura debe proponer la tecnología y la interfase de usuario del proyecto. Aún y cuando los equipos puedan cambiar, mejorarse y evolucionar, la base inicial debe ser una propuesta del arquitecto. Destaca el caso de la Porsche Tower en Miami, donde el arquitecto coordinó la creación de una aplicación que permite manejar amenidades, servicios y elevadores a través del Smartphone.

En el futuro, los arquitectos deberán proponer experiencias, flexibilización e interfase tecnológica. Estas serán las nuevas responsabilidades ante un entorno que nos exige salir de la comodidad de nuestro status quo.
*Carlos Muñoz 4S es precursor de la arquitectura tecnológica, flexible y experiencial. Sus ideas inspiran a diseñadores de todo Latinoamérica a extender sus potencial de diseño. Encuéntralo en: carlos@grupo4s.com
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