Quienes ya conocen la columna, saben que acostumbro escribir de los proyectos que veo en el lejano horizonte del futuro. Escribo principalmente de aquellos que modificarán el rostro mismo de la ciudad y que serán el hogar de un puñado de individuos afortunados capaces de tocar el cielo regio. Sin embargo, en esta ocasión vengo sorprendido de un presente específico que se está escribiendo en Valle Oriente.
El libro del Génesis dice que Dios dijo: -Hágase la luz-. Y la luz se hizo. Con esa misma fuerza divina, los trazos geométricos de Agustín Landa parecen haber hecho la luz en Atria, un proyecto sentado sobre Lázaro Cárdenas cuya construcción se está viviendo a una velocidad impresionante. Lo increíble del proyecto radica en el atrio interior que baña de luz natural a los departamentos pero desde adentro, como si vinieran cargados de energía interior excepcional. La simple acción de poner un pie en el atrio causa una experiencia memorable. Es claro que este proyecto no es como ningún otro.
Seguro éste será un llamado de atención para aquellos arquitectos que no logran dotar a sus proyectos de una adecuada ventilación e iluminación natural. Si se consideran estudiosos de la arquitectura, no duden hacer una visita a la obra que me recordó el enorme valor de la luz para un hogar.
Si aparte del presente iluminado esperan algunos pasajes del futuro, el Génesis también dice: “Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento”. Seguramente remitiéndose a la llegada del Semillero, el proyecto de la Purísima que finalmente nos traerá la regeneración urbana que tanto anhelamos. Y si del centro hablamos, les comento que otro buen amigo del desarrollo inmobiliario está por apuntarse con dos proyectos verticales nuevos. Uno será la resurrección de Mayo, el pequeño gigante del paseo Santa Lucía; el otro aún está muy verde como para dar detalles.
“Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde”. Y así sucedió. Y con esta firme decisión llegó Galia a demostrar que en la vivienda vertical residencial también se puede tener jardín, por aquellos que viven encima del gris de sus estacionamientos. El proyecto está sentado en la zona de San Jerónimo y seguro será una sorpresa interesante para aquellas familias jóvenes con la idea de familia en el futuro cercano.
“Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno.” Esa es la historia del Génesis en el mundo inmobiliario regiomontano.
*Carlos Muñoz es profeta de la arquitectura del Génesis. Su visión trasciende en los proyectos más iluminados de la ciudad. Consulta su blog en: cm4s.wordpress.com o escríbele a su correo para cualquier comentario: carlos@grupo4s.com
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