“The future is potentially a much lonelier place” –David Symons
Quienes estudiamos al negocio inmobiliario, nos acercamos siempre a las estadísticas que nos ayudan a entender como vivirá la gente en el futuro –para el cual diseñamos-. Yaunque queremos pensar que estas estadísticas reflejan un “mejor” futuro, en ocasiones nos demuestran simplemente que será diferente. Una de esas diferencias, la llegada de una vida más solitaria.
Déjenme mostrar unas pinceladas de información para fortalecer mi argumento:
Los hogares de una y dos personas verán el mayor crecimiento potencial a nivel global de 1985 a 2025-. Estos demográficos tendrán crecimiento de 183%, mientras las familias con hijos solo crecerán 91.%.
Los hogares unipersonales serán el perfil demográfico de mayor crecimiento a nivel mundial entre 2014 y 2030.
13% De los adultos mayores de 35 años en Estados Unidos nunca se han casado; cifra que está 45% arriba de la referencia de tan solo hace 5 años.
A estas estadísticas yo le sumo los cambios que está provocando la nueva vida tecnológica, que hoy permite que trabajemos desde casa y que incluso nos entreguen a domicilio compras y comida. Esto indica que habrá un grupo de personas que viva solos y prácticamente nunca salgan.
¿Qué van a traer estas micro tendencias a futuro?
La gente va a valorar mucho más la interacción social y la comunidad a futuro.
La comunidad será un generador de valor económico equiparable a la ubicación de una propiedad. (Ubicación, ubicación, comunidad)
Esta radiografía social nos deja una responsabilidad importante: debemos de diseñar para compensar estos estilos de vida solitarios. Hoy más que nunca debemos de olvidarnos de construir edificios y empezar a construir comunidades. Los tabiques deben de complementarse de unión y sentido de pertenencia. El cemento debe unir vecinos, no muros.
Muchos desarrolladores inmobiliarios suelen descartar este papel social que tiene la arquitectura en las ciudades. Prefieren cerrar los ojos a lo que sucede antes y después de sus edificios. Para ellos, la visión de comunidad es imposible de crear y se deja prácticamente a la suerte.
Otros prefieren jugar más allá de los lineamientos y se acercan con nosotros para crear este tipo de brujería. Con esta vocación de tejedor social es con la que hemos creado proyectos de mujeres deportistas (Sportiva), de millenials creativos (WIT), de techies (NANO), entre muchos otros. Después de haber vivido muchos de estos procesos desde planeación hasta terminación de los edificios, puedo dejar claro que lo más gratificante no es ver los resultados comerciales acelerados. El verdadero éxito del desarrollo inmobiliario es ver una comunidad que forma amistades, colaboración y apoyo.
Quizás soy un idealista exagerado en creer que el desarrollador inmobiliario puede tener ese impacto en las ciudades. O quizás escribo esto inspirado por tan solo un edificio de amigos que pertenecen al lugar donde viven.
¿Te atreves a hacer comunidad con nosotros?
*Carlos Muñoz 4S es un tejedor social que utiliza los estambres del desarrollo inmobiliario como su principal materia prima. Destaca por ser un conceptualizador descarado y disruptivo.