Error de desarrollo inmobiliario número 1: El síndrome de luchador de sumo.
Si tuviera que escoger uno de los errores más repetitivos que vemos en proyectos de desarrollo inmobiliario, sería el síndrome del luchador de sumo. Este síndrome se refiere a aquellos proyectos que se engordaron artificialmente por uno de estos cuatro actores:
Cada uno de los actores tiene motivaciones particulares, pero el resultado es el mismo: se buscan construir más metros de los que el mercado puede aceptar en un tiempo de absorción adecuado para garantizar una rentabilidad interesante a los inversionistas.
Aclaro: no es que esté en contra de hacer proyectos más grandes, siempre y cuando estemos de acuerdo en los tiempos de absorción que dichos proyectos requieren. El problema es que los desarrolladores quieren volúmenes de venta excesivos en tiempos de venta record. Es como pedirle al guerrero de sumo que corra un maratón y lo haga en los primeros lugares, ¿sencillo, no?
La grasa excedente de los proyectos puede manifestarse de diferente forma:
Al contrario de estos efectos, cuando un proyecto es esbelto y diseñado agresivamente para conquistar mercados, hay los siguientes beneficios:
Por supuesto que cualquier financiero puede argumentar que un proyecto esbelto y agresivo puede dejar dinero sobre la mesa –algo que tampoco es deseable-. En Grupo 4S hemos preferido este riesgo a perder un proyecto absolutamente.
Cada que nos preguntan cómo es que hemos acumulado tantos éxitos inmobiliarios consecutivos, simplemente respondo: hacemos deportistas de alto rendimiento. Bien entrenados en el mercado, ligeros y fuertes. Ése es el secreto de conquistar mercados.
*Carlos Muñoz es el mejor entrenador de equipos inmobiliarios. Ha logrado conquistar mercados en diversos países en Latinoamérica y ha sido catalogado por varios medios de comunicación como el Rey Midas de la vivienda vertical.