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Lecciones de Aravena 1/3 – Un error fundamental en la visión del desarrollador - 4S Real Estate

Escrito por 4srealestate | Sep 23, 2016 1:06:37 PM

Tuve la fortuna de compartir el escenario con Alejandro Aravena –premio Pritzker 2016- en el reciente evento INMOBA en Perú. Sus logros en arquitectura no se comparan con su presencia personal, la cual es a la vez sencilla y poderosa. Para mi, Aravena es un líder político disfrazado de arquitecto. Su visión no es de estética, sino de macro-arquitectura y urbanismo con profundidad social.

En su ponencia dejó lecciones sorprendentes, las cuales he optado por dividir en varios artículos para poder digerir y simplificar.

Lección de Aravena 1: Tenemos una visión equivocada sobre el espacio público.

En el desarrollo urbano privado (pensemos en cualquier proyecto de urbanización) la visión del desarrollador es maximizar el espacio vendible reduciendo al mínimo las áreas verdes y las vialidades. Es un juego donde premiamos la eficiencia sin considerar sus implicaciones.

Este fenómeno se acentúa en los asentamientos informales, donde todo el espacio público apenas suma el 10%. Los resultados de esta supuesta eficiencia son graves y Aravena insiste que son los generadores de inequidad en las ciudades.

Tomando referencias del Dr. Joan Clos (ex-alcalde de Barcelona), Aravena insiste que hay una correlación directa entre la prosperidad de una ciudad y la dimensión de su espacio público. La referencia más clara: Manhattan, donde el espacio público es del 50%. En cualquier modelo financiero una “eficiencia” tan baja sería absurda, aunque resulta que es la configuración más poderosa tanto económica como socialmente.

Si el desarrollador entendiera el valor del espacio público, entendería que desarrollar un proyecto “eficiente” es limitar su valor.

“El recurso más escaso que tenemos hoy en las ciudades es el  espacio público. Tanto las calles como las áreas verdes necesitan regresar a ser los generadores de equidad en las ciudades”.
 
El mensaje de Aravena es claro: no hagamos negocios inmobiliarios; pensemos en urbanismo social que impulse la equidad de nuestras ciudades. Aunque no parezca, ahí coincide el valor ético con el financiero.