Durante los últimos 10 años, 4S se ha dedicado a estudiar a profundidad diversos mercados inmobiliarios, principalmente mexicanos. Hemos tenido la fortuna de vivir un ciclo completo incluyendo una de las peores crisis de la industria. Después de más de 3, 500 días de inmersión, solo podemos concluir una cosa: el mercado nunca es el mismo.
Para nosotros, hay seis voces que hablan de este “mercado” en todo momento. Lo más increíble del caso, es que muchas veces estas voces no están sincronizadas. Tal parece que son niños gritando sus caprichos y completamente despreocupados de los demás. Estas voces son:
–Los desarrolladores inmobiliarios y su oferta. Todos los días salen a la venta proyectos comerciales con supuestos diferenciadores únicos. Los analizamos a fondo y suponemos que si están ahí, debe haber una necesidad latente que haya observado el desarrollador.
–El gobierno y los lineamientos urbanos. Quien es nuevo en la industria supone que los lineamientos están por algo. El gobierno entiende las necesidades de su pueblo y por tanto sugiere lo mejor para los intereses de todos. Los más experimentados saben que esas reglas se pueden cambiar, pero el cambio es doloroso y burocrático. Aún así, este ir y venir de rebeldes y sumisos es otra voz del mercado.
–Los comercializadores, vendedores y aquellos compradores repetitivos. La gente más cercana a la industria siempre ejerce su presión, sobre todo quienes dan la cara por los proyectos. Esta cara comercial está fuertemente influenciada por aquellos inversionistas repetitivos que suponen menos labor comercial por lo que es un riesgo latente. Sin embargo, un vendedor con el producto que solicitó siempre es mejor que un vendedor que no cree en su producto.
–La población abierta del segmento que se busca atender por el proyecto. Aún cuando no estén buscando propiedades al momento, quienes pertenecen a una zona y un segmento específico querrán opinar sobre sus vecinos, sobre el futuro de su comunidad y sobre las necesidades que ven en la misma. Frecuentemente cuidarán su comunidad y serán frenos al resto de la ola de cambios propuesta por el resto de las voces.
–La demografía y macroeconomía. Los cambios demográficos -principalmente empujando más hogares de 1 y 2 personas- están cambiando la forma en cómo atendemos el mercado inmobiliario. Necesitamos ofrecer la funcionalidad que las familias de hoy requieren. Para ser aún más claros, las familias de hoy no son iguales que las de ayer.
–La voz tecnológica de la industria de la construcción. Todos los días aparece un nuevo producto milagroso. Más térmico. Más ligero. Más económico. Todo para regresar a la artesanía de la obra y moldear esa obra a lo que nos conviene producir.